El 2016 cerró con un total de 3097 autorizaciones de residencia pasiva en vigor, y representa un incremento del 11,7% respecto al 2015, año que se cerró con 2.773. Estas residencias pasivas han supuesto, desde el 2014, un volumen de inversión de más de 195 millones de euros, según datos facilitados por el Gobierno.
Entre estas autorizaciones, las más numerosas són las de personas de nacionalidad española ( 913), británica ( 479), francesa ( 429), y rusa (317).
Además, cabe destacar que durante el año pasado las residencias pasivas que se autorizaron fue de 432, el doble que en 2015 (213) y tres veces más que las del 2014 (143), mostrando así el aumento del interés de ciudadanos extranjeros por instalarse en el Principado.